jueves, 10 de mayo de 2012

That was the wrong way

Hoy fue un día precioso: soleado, alegre, primaveral, con esa pizca de calorcillo que ya se deja sentir en mayo. Incluso salí con camiseta de manga corta por la calle. Pero eso fue mi perdición. Veréis...
Todo empezó cuando mi amiga y yo nos dirigíamos hacia el sur, por una de las calles que nos llevaba a nuestro destino. De repente, apareció el edificio donde posiblemente estaría una persona con la que a mí no me apetecía cruzarme, y para pasar por la entrada principal debíamos hacer un rodeo y, por consiguiente, alargar nuestro itinerario; en definitiva, una vuelta inútil. Pero mi amiga insistió en que teníamos que pasar, y en una de las calles cercanas sentí algo parecido a una gota caer sobre mi brazo y mi camiseta. Pensé que sería agua de alguna cañería pero, al mirar para asegurarme, me di cuenta de su color negruzco y su forma alargada...  y me apresuré en frotarme contra el muro más cercano para asegurarme de quedar limpia de esa sustancia excremental. Sí, por si no había quedado claro, era una CAGADA.
La moraleja: los atajos siempre son mejores.

P.S.: No sé de qué ave urbana sería, porque se supone que la caca de las palomas no es negra...

No hay comentarios: