miércoles, 9 de mayo de 2012

Fails everywhere

Supongo que levantarme sobre las 13:00 afecta a mi cerebro y lo hace más lento de lo que es normalmente. El caso es que tenía que ir al banco a hacer un ingreso y ya no me daba tiempo a llegar, así que pensé en buscar el número de teléfono para llamar y asegurarme de cuándo se podía hacer esa operación. Entré en la página web de la entidad en cuestión y, tras encontrar los datos de la oficina que necesitaba, cogí mi fijo y marqué el número. Después de unos cuantos tonos comencé a escuchar algo así como la musiquita que viene con las luces de navidad, pero totalmente desafinada, y tras quedarme bastante sorda, recordé que había otro número alternativo. Cuál fue mi sorpresa cuando, al buscar el otro número, descubrí que había estado llamando al FAX.


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